martes, 26 de mayo de 2015

Cometí un error...

 (Valencia, 26 de mayo de 2015, #DeFrente)


 Frente a Frente
Cometí un errorPor Dalia Correa
“Así de simple…cometí un error al apoyar la guerra a Irak”. Luego de 12 años, aunque ya lo había hecho en su libro “Decisiones difíciles”, Hillary Diane Rodham Clinton afirma públicamente que fue una equivocación el votar a favor de la invasión de Irak por parte del Ejército estadounidense. La exsecretaria de Estado de Obama (ese mismo, el del decreto), bien recordada como la primera dama del presidente estadounidense que tuviera “una relación impropia” con una pasante de la Casa Blanca, anda en batalla por la candidatura presidencial de los demócratas. 

“Cometí un error, así de simple” es la afirmación con la que Hillary pretende deslastrarse del oprobioso endoso que la invasión a Irak y sus muertos le ha dejado a su figura política. Debemos recordar que en 2008 la ex senadora perdió la nominación presidencial por estrecho margen frente a quien finalmente se convirtió en el presidente de los estadounidenses. Ahora, de nuevo en la lucha por convertirse en la abanderada demócrata para las elecciones del 2016, la ex  quiere distanciarse de los llamados “daños colaterales”.

Hillary sabe que el mundo sabe que en Irak no había armas de destrucción masiva; ella también sabe que el mundo ha ido descubriendo que los gobiernos gringos disfrazan las verdades, inventan “realidades” y que los mismos estadounidenses están cansados de la guerra.
Hillary busca no sólo ganar la nominación demócrata, ella pretende ser la primera mujer presidenta de los EEUU de América. Debe diferenciarse a toda costa, especialmente de otro Bush (John Ellis, conocido popularmente como Jeb) quien a su vez anda “pateando calle” como dirían en Venezuela, para ganar la nominación republicana.

Hillary no puede permitirse el lujo de cargar a cuestas con las consecuencias que el horror de la invasión a Irak ha dejado y de las desventuras que aún en la actualidad sufre el pueblo irakí. Como diría uno de mis autores favoritos, Zygmunt Bauman (1925), filósofo y sociólogo polaco-británico de origen judío y gran intérprete de la modernidad: "El compuesto explosivo que forman la desigualdad social en aumento y el creciente sufrimiento humano relegado al estatus de "colateralidad" tiene todas las calificaciones para ser el más desastroso entre los incontables problemas potenciales que la humanidad puede verse obligada a enfrentar, contener y resolver durante el siglo en curso".

El concepto "daño colateral" ha sido incorporado en tiempos recientes al argot de las fuerzas militares para referir los efectos no intencionales ni planeados de una acción armada. Bauman (2011) plantea que calificar de "colaterales" los efectos destructivos de una intervención militar supone una desigualdad existente de derechos y oportunidades, ya que acepta a priori la distribución desigual de los costos que implica emprenderla.

En el caso de Irak, los “daños colaterales” dejados por la invasión estadounidense están a la vista: niños, niñas, mujeres y ancianos asesinados o mutilados por “error” en escuelas y hospitales; aumento de la violencia civil; alto desequilibrio político y económico del país; expoliación del recurso petrolero por parte de las transnacionales, entre otros.

¿Puede entonces confiar el mundo en una mujer que “así de simple” reconoce que fue un error haber contribuido con la invasión a una nación indefensa?, ¿con la ejecución de un presidente, todo basado en una mentira?  ¿Podemos confiar los venezolanos en que de llegar Hillary a la presidencia mejorarán las relaciones bilaterales de los EEUU con nuestro país?
Yo digo que no! Así de simple… Sí, así de simple…

Publicado en Lectura Tangente, Diario Notitarde, 24/5/2015
 

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